Puedes regresar las veces que quieras a Montaña de Luz, siempre la encontrarás algo diferente.
 
En esta época lluviosa, todo está verde; el orquideario empieza a florecer y se ha convertido en su nueva atracción por las formas singulares de sus flores y el cuidado para mantenerlo.
 
El goteo del agua y su forma tan particular de riego llama mucho la atención. Todo con la creatividad de su propia gente, de Pablo Arenas, en el cantón Urcuquí.
 
Es pasado el medio día; las montañas juegan con las nubes, como que se esconden y nuevamente aparecen mientras las tórtolas, golondrinas y de más aves se lanzan a volar.
 
Los colibríes disfrutan del néctar de tanta flor multicolor. De repente, los olores, sabores y el buen conversar te invitan a disfrutar de un delicioso almuerzo con productos cultivados en su propio huerto. Algo así es Montaña de Luz, lugar demostrativo de buenas prácticas ambientales, donde es posible escuchar “la música del silencio” en Imbabura Geoparque Mundial de la UNESCO.
 
En Ecuador, el turismo sostenible sí es posible cuando trabajamos en Red, sumando capacidades, agregando valor, en MINGA para conocer más y valorar nuestros territorios.